viernes, 6 de noviembre de 2009


Antes de amarte, amor, nada era mío: vacilé por las calles y las cosas: nada contaba ni tenía nombre: el mundo era del aire que esperaba. Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena.
Todo
estaba vacío, muerto y mudo, caído, abandonado y decaído, todo era inalienablemente ajeno, todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos.

Antes de amarte, amor... Nada era mío..

1 comentario:

I. Pichel dijo...

Yo no creo que el amor nos de nada, no crea, transforma.
Un saludo y un canto de ballena. =)